Es importante recordar que a finales de la década de los ochenta, el Estado colombiano puso en marcha una serie de reformas político-administrativas con las cuales quería remediar los problemas históricos de ineficiencia, falta de presencia en el territorio nacional y falta de legitimidad política. Y el mayor impulso surgió a partir de la Constitución del 91, con propuestas estructurales en la descentralización administrativa y la participación ciudadana en la formulación, seguimiento, evaluación y control de las políticas públicas.
Muy a pesar de los esfuerzos nacionales por solucionar esta problemática; en el departamento de Bolívar, este tema sigue siendo la comidilla de todos los días, sin vislumbrarse solución pronta y ágil a esta situación. Es así, como los municipios desde el Carmen de Bolívar hasta Cantagallo, son un mundo aparte de la realidad Cartagenera, donde prácticamente se concentra todo el desarrollo del departamento, esta situación ha generado todo tipo de disparidades sociales, culturales, económicas y políticas, mucho más evidentes en la zona sur del departamento sobre todos los municipios desde Magangué hasta Cantagallo.
Sigue siendo absurdo e ilógico que un habitante de Montecristo, Achí, Cantagallo, etc, tengan que utilizar dos y más medios de transporte para poder acceder a la ciudad capital, aspectos estos que se eliminarían siendo Magangué el epicentro político - administrativo, solucionando de paso el problema de presencia territorial e ingobernabilidad en el departamento.
El traslado de la capital hacia Magangué, no es un capricho, ni un embeleco, es una necesidad de la población bolivarense, en procura de alcanzar mejor desempeño y eficacia en la implementación de las políticas públicas departamentales de acuerdo a las competencias de ese orden territorial.
Ahora, con la evidente violación a los topes establecidos en la ley para los gastos de funcionamiento, los impuestos que generan los municipios del sur, no se redistribuyen y se convierten en generación de burocracia…burocracia esta que no ha permitido el logro del desarrollo en todos los municipios. Todos estos recursos perdidos, y que no retornan a los municipios pobres han generado problemas estructurales dentro de las dimensiones ambiental, social, económica y política de la zona sur del departamento, truncando el futuro y las posibilidades de desarrollarse adecuadamente. En pocas palabras la ecuación del desarrollo se ha invertido “LOS POBRES ESTAMOS FINANCIANDO A LOS RICOS”… que ironía tan sabrosa como diría un amigo mío.
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